Año con Calasanz 29 de enero

2. En cuanto a las tentaciones, si V.R. tuviera un poco más conocimiento de la asistencia del Ángel Custodio y tratara con él más familiarmente, sentiría muy grandes y evidentes ayudas, pero se requiere gran pureza de corazón. Si cuando el enemigo le sugiere algo grande, lo rechazara pronto y, no pudiendo, recurriera a la ayuda del Ángel Custodio, encontraría remedio; y, mire, no se cumpla aquel dicho «si iniquitatem aspexi in corde meo non exaudiet Dominus». Procure, pues pedir, esa ayuda y nosotros aquí haremos oración por la victoria (Al P. Alacchi, Venecia, 1961-1633).

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